Sunday, June 26, 2005

Me gustaria...

Me gustan los días con viento helado del sur. cuando los pájaros caen rendidos al sucio asfalto de mediados de julio. Me gusta la expresión congestionada de la gente, y el alivio que muestran al entrar al bar donde alimentan su sed de sabiduría. Me gusta el rumor apagado de los motores, y cómo ellos también expulsan aliento condensado por sus bocas tubulares.Me gusta subir el cuello del abrigo cuando me aventuro fuera de las fauces del metro, en busca de vete a saber qué. Me gusta caminar sin rumbo y cagarme suavemente en toda la jerarquía de la iglesia al completo. Y en los fascistas y en sus medios de agresión e intolerancia. Me gusta pensar en bombas nucleares selectivas barriendo la estupidez de la tierra.Me gusta el efecto que el frío hace en tus pezones, y en los míos. Me gusta ver tu piel contraída por la excitación y la leve corriente que entra por las ventanas mal aisladas. Me gusta asistir al despliegue geométrico de tu cuerpo sobre esta cama posibilista. Me gusta lamer tus líneas con la suavidad de un anticiclón ártico congelando el culo de la europa neoliberal.Me gusta la sensación al pulsar el mechero y saber que el humo del cigarro pronto llegará a lo más profundo de mi contradicción. Me gusta el tintinear de los cubitos de hielo en el fondo del vaso ancho, y asistir al atardecer privilegiado de un malta fundido sobre icebergs de dicha e imaginación.
Me gustaría que existieras, para empezar, pero si además de existir pudieras comprenderme, ya sería la hostia. Me gustaría que no te chirriase mi música, o mis arrebatos de pirado. Me gustaría que no tuvieras prejuicios, que estuvieras abierta a las sugerencias, o a los imperativos de la carne y el alma que bailan desde hace milenios esa danza de destrucción tan entrañable.Me gustaría que el clima no fuera tan extremo en esta ciudad en la que me encuentro. Es más, me gustaría vivir mucho más al norte, donde el calor es suave y el invierno no demasiado crudo. Donde el verde es el color dominante, y la humedad lo impregna todo como si se tratase del sexo global de la naturaleza en estado bastardo.Me gustaría no preocuparme tanto por las cosas y tener una capacidad infinita de diversión. Me gustaría leer mil libros cada mes y escuchar trescientos conciertos de flauta en una sola sentada. Me gustaría beber ese vino tinto mientras la música fluye y las miradas se esconden. Mientras las respiraciones se hacen pesadas y los labios empiezan a sentir la sed de otros labios. La sed de la sangre licuada en contacto con otra sangre: la tuya.