Kurt Gustav Wilckens (1886-1923)
Bueno..hoy voy a dedicarle el blog a una persona. Kurt Gustav Wilckens fue un anarquista en epocas de la patagonia rebelde, alla, por el gobierno de Hipolito Yrigoyen.
Anarquista de los que merecen realmente ser llamado asi. Este hombre, aleman, vino aca, a Argentina, al enterarse por medio de sus compañeros de ideas de la matanza de obreros que habia en el sur de nuestro pais.
Engñando a sus compañeros, viaja a este pais a concretar lo que seria una "Justicia Proletaria", su idea es suprimir al Tte. Cnel. Héctor Benigno Varela, quien andaba acribillando a cuanto huelguista habia por el sur.
Wilckens llega aqui con una bomba, la cual tenia por destino al antes mensionado Varela, al cual encuentra alrededor de las 7 de la mañana del 25 de enero de 1923, Varela salió de su domicilio de la calle Fitz Roy y se encontró encarnada en el firme rostro de Wilckens, a la ferviente furia de los 1.500 obreros patagónicos asesinados bajo su mando. Diecisiete heridas graves: doce producidas por la bomba y cinco balazos en la parte superior del cuerpo, sentenciaron los médicos legalistas Klappernbach y del Solar. Al alemán no le tembló la mano, pero en su camino paso lo imprevisto: una niña se cruzo entre el "fusilador fusilado" y él. Se llamaba Maria Antonia Palazzo, de 10 años de edad. La actitud de cubrirla con su propio cuerpo para que no recibiera ninguna esquirla lo había perdido: las heridas recibidas en las piernas le impidieron la huida. Cuando noto que tenia huesos quebrados en las piernas vio que cualquier intento de escapar resultaría en vano y no resistió.
Luego de caer preso, y aun sin una sentencia dictada, a noche del día 15 de junio de 1923, Wilckens se recostó a las 21 hs. (por reglamento). Durante la madrugada misteriosamente aparece el antes mencionado Ernesto Pérez Millán Témperley. Aquel que a gritos en el velatorio de Varela anunció empezar a los tiros, es el guardiacárceles encargado de la vigilancia esa madrugada. Los presos debían dormir con la luz prendida por seguridad. Así Wilckens fue un blanco fácil. Millán apoya un rifle máuser en el preso, quien despierta ...
-¿ Vos sos Wilckens ?
-"Jawohl"
La bala le destroza el pulmón izquierdo y sale por la espalda. Comienza la agonía de Wilckens.
La ironia: quienes le rinden homenaje desde la Patagonia con una placa en el panteón serán los extranjeros. Dicha placa dice:
Los británicos residentes en el territorio de Santa Cruz a la memoria del teniente coronel Varela, ejemplo de honor y disciplina en el cumplimiento de su deber"
(placa colocada meses después el 22-IX-1923).
La Frase:
”No fue venganza: yo no vi en Varela al insignificante oficial. No, él era todo en la Patagonia: gobierno, juez, verdugo y sepulturero. Intenté herir en él al ídolo desnudo de un sistema criminal. ¡Pero la venganza es indigna de un anarquista! El mañana, nuestro mañana, no afirma rencillas ni crímenes, ni mentiras: afirma vida, amor, ciencia. Trabajemos para apresurar ese día.” K.G. Wilckens
Anarquista de los que merecen realmente ser llamado asi. Este hombre, aleman, vino aca, a Argentina, al enterarse por medio de sus compañeros de ideas de la matanza de obreros que habia en el sur de nuestro pais.
Engñando a sus compañeros, viaja a este pais a concretar lo que seria una "Justicia Proletaria", su idea es suprimir al Tte. Cnel. Héctor Benigno Varela, quien andaba acribillando a cuanto huelguista habia por el sur.
Wilckens llega aqui con una bomba, la cual tenia por destino al antes mensionado Varela, al cual encuentra alrededor de las 7 de la mañana del 25 de enero de 1923, Varela salió de su domicilio de la calle Fitz Roy y se encontró encarnada en el firme rostro de Wilckens, a la ferviente furia de los 1.500 obreros patagónicos asesinados bajo su mando. Diecisiete heridas graves: doce producidas por la bomba y cinco balazos en la parte superior del cuerpo, sentenciaron los médicos legalistas Klappernbach y del Solar. Al alemán no le tembló la mano, pero en su camino paso lo imprevisto: una niña se cruzo entre el "fusilador fusilado" y él. Se llamaba Maria Antonia Palazzo, de 10 años de edad. La actitud de cubrirla con su propio cuerpo para que no recibiera ninguna esquirla lo había perdido: las heridas recibidas en las piernas le impidieron la huida. Cuando noto que tenia huesos quebrados en las piernas vio que cualquier intento de escapar resultaría en vano y no resistió.
Luego de caer preso, y aun sin una sentencia dictada, a noche del día 15 de junio de 1923, Wilckens se recostó a las 21 hs. (por reglamento). Durante la madrugada misteriosamente aparece el antes mencionado Ernesto Pérez Millán Témperley. Aquel que a gritos en el velatorio de Varela anunció empezar a los tiros, es el guardiacárceles encargado de la vigilancia esa madrugada. Los presos debían dormir con la luz prendida por seguridad. Así Wilckens fue un blanco fácil. Millán apoya un rifle máuser en el preso, quien despierta ...
-¿ Vos sos Wilckens ?
-"Jawohl"
La bala le destroza el pulmón izquierdo y sale por la espalda. Comienza la agonía de Wilckens.
La ironia: quienes le rinden homenaje desde la Patagonia con una placa en el panteón serán los extranjeros. Dicha placa dice:
Los británicos residentes en el territorio de Santa Cruz a la memoria del teniente coronel Varela, ejemplo de honor y disciplina en el cumplimiento de su deber"
(placa colocada meses después el 22-IX-1923).
La Frase:
”No fue venganza: yo no vi en Varela al insignificante oficial. No, él era todo en la Patagonia: gobierno, juez, verdugo y sepulturero. Intenté herir en él al ídolo desnudo de un sistema criminal. ¡Pero la venganza es indigna de un anarquista! El mañana, nuestro mañana, no afirma rencillas ni crímenes, ni mentiras: afirma vida, amor, ciencia. Trabajemos para apresurar ese día.” K.G. Wilckens